Penumbras

Espero. Un llamado, un mensaje, una vibración, un sonido que me sacuda de este letargo. Parezco un tonto sin rumbo, sin una ubicación en el medio de la nada. Sigo esperando y solo se me nubla la mente con una sola imagen, un solo sentimiento, una sola canción que retumba en mis oídos como una campana. Reposo, yaciendo en la nostalgia, en el recuerdo. Me abrazo al pasado, a una respuesta, a un interrogante, a miles de dudas ajenas, futuro pintado de gris tapando el azul del porvenir de mis susurros. Sigo compenetrado en mi silencio, latidos huecos de corazón invaden el ambiente de una suave brisa que apaga mi vista lentamente. Sostengo en la palma de mi mano una promesa, la observo, la analizo, la modifico a mi manera para bien o para mal. La guardo, la cuido, la protejo de lo incierto, de lo prohibido, de lo desconocido. Suspiro muy hondo para sacar absorber la paz, exhalo la impureza, lo negativo, los matices oscuros de la realidad, tiemblo por que ya no escucho. Soy una roca, algo sin vida, inanimado reflejado en un espejo sucio. De pronto, una llamada que me devuelve el alma al cuerpo, una voz celestial que me guía por el sendero de la felicidad, que alimenta mi creación como un caudal. Ella lo presiente, lo sabe, me tiene enamorado de par en par, pero no me quedo con lo cierto, no quiero que se esfume en el tiempo ese sentimiento tan divino como el amor.
<< Home