viernes, junio 22, 2007

Miserias



Alguien me ha robado la fe en aquella ciudad, no recuerdo bien
Alguien sin rostro y sin culpa, alguien sin temores ni dolor…
A lo lejos me presigno tocando la puerta de lo prohibido una vez más
Y un dulce aroma silencioso privilegia las verdades no discutidas

Voy a entregarte esta noche el vació mas inmundo
Donde no existe mayor desencanto que haber podido alcanzar un sueño dorado
Susurras en mi oído el placer que se consumió en tu último suspiro
¡Levántate! Toma mi mano y ven a sumergirte a este mundo sin complejos

Vuela al rincón de la ignorancia eterna
Sacude tus ropas de vicios y anemias efímeras
Calma la tempestad de tus lamentos húmedos
¿No te das cuenta que tus lágrimas no me ablandan mas el corazón?

Se desprende de tu boca el reflejo que anuncian tus ojos cuando los cierras
Los inviernos cesan sobre los regazo de los más sinceros odios
Y en la misteriosa distancia, me preparo para el anochecer
Quien se vuelve aliado de todas nuestras heridas

Ya no luches contra esos vientos, son muy ásperos para ti
No lleves flores al funeral, ya no puedo beber del roció de tus pétalos
Jamás hubieras podido arrancarme el fruto mas dulce trepando a esa rama
En los días grises son demasiados los moretones que nacen en mi cuerpo

La felicidad escasea y los limones invaden tu mente
Ya sabes donde reposan las mariposas cuando el cielo se ennegrece
Aquellas olvidadas palabras solo alimentan mis truenos
Mientras en mi mente es difícil cesar a disculpas tus manos pecadoras